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lunes, 26 de septiembre de 2016

Roberto Luzcando

(1939)

Roberto Luzcando. Foto: INAC
Nació en la Ciudad de Panamá, el 29 de abril de 1939. Licenciado en Filosofía, Letras y Educación por la Universidad de Panamá en 1965, y  Profesor de Lengua y Literatura por la universidad de Panamá en 1966. Además es poeta, narrador y crítico literario.

Se ha desempeñado como Profesor de Lengua y Literatura Española desde 1966 en la Universidad de Panamá y en la Universidad Santa María La Antigua, además de colegios particulares y privados de diferentes ciudades del país. También se ha desempeñado como Profesor de inglés, francés y latín.

Laboró en el Ministerio de Educación como Oficial de Relaciones Públicas y luego Director del mismo departamento. FueProgramador de Planes de Lengua y Literatura, además de evaluador de textos en dicho ministerio. También se ha desempeñado como Director de la Revista Nacional de Cultura.

Ha ganado el Premio Ricardo Miró, máximo galardón a las letras panameñas, en múltiples ocasiones, con sus obras: El poeta y su sangre (1957); El nuevo movimiento poético de Panamá (1959); Tristán Solarte, representación panameña en la novela y la poesía (1960); Para ir con el viento(1968); Los poemas del alfabeto (1989). También ganó el Premio Literario del Club de Leones con su libro Sonetos a la madre (1957), el Premio León A. Soto con su obra La voz bajo la hierba (1981), el Premio Revista Lotería con el libro Doble elegía (1986) y en el 2011, obtiene el tercer lugar en el Concurso de Poesía Municipal León A. Soto, con su obra Motín contra el Olvido.

A nivel internacional, ganó el Premio Pablo Neruda, en Guayaquil, Ecuador, con su libro Persecución de la palabra (1983). En Sevilla, España, ganó elPremio Vicente Aleixandre, con su obra Sonetos son (1991). Premio de la Sociedad de Festejos y Cultura, Asturias, España, con su obra El reo(cuento, 1994).

En el 2013, fue condecorado por el Gobierno Nacional con la Orden Vasco Núñez de Balboa, en el Grado de Gran Oficial, por sus relevantes méritos. Esta es la más alta condecoración que otorga el Gobierno Panameño al esfuerzo intelectual.

Más información en:  http://www.panamapoesia.com/pt96.php


sábado, 9 de enero de 2016

Audios de la conversación entre el Presidente Chiari y el Presidente Joh...





Audios de la conversación entre el Presidente Chiari y el Presidente Johnson el 10 de enero de 1964.

LA ESTRELLA DE PANAMÁ, revela por primera vez las llamadas confidenciales del Presidente de EEUU Lyndon B. Johnson a Roberto F. Chiari, quien con temple de acero planteó las exigencias de Panamá.

martes, 8 de enero de 2013

El Desenterrador, Por Ricardo Arturo Ríos Torres


    La historia se hace personaje literario cuando ese acontecer trasciende su localidad y se universaliza.

    Ramón Fonseca Mora, enfrenta con osadía quijotesca, tanto los trágicos sucesos del 9 de enero de 1964 como la violencia institucional promovida por la dictadura militar de Torrijos, Paredes y Noriega. Asimismo, abre las puertas del Infierno al abordar la alucinante y morbosa experiencia de una secta de asesinos en la búsqueda afanosa de la energía vital del alma.

Creación literaria barroca o posmodernista.

    Si la temática de El Desenterrador es explosiva, controversial, polémica y sin concesiones conceptuales, también lo es la propuesta literaria de una novela que rompe paradigmas.

    Con estilo singular, Ramón Fonseca Mora,  inicia sutilmente el electrizante texto, al ofrecernos desde el principio las claves de la trama central de una composición literaria excepcional. Son las pistas de un entramado excitante y novedoso.

    La estructura multitemática con puntuales conjuntos narrativos, atrapa al lector y lo agobia con una carga emocional que lo hace sufrir, llorar, reír, rechazar, identificarse, amar y odiar todo lo que ocurre. Fonseca Mora  es hábil al entrecruzar, con creciente suspenso y con el uso de los tiempos simultáneos todas las pasiones humanas. Siempre hay un contrapunto, matices de un modo de ser pleno de ambigüedades como de metas definidas. Eso hace de El Desenterrador una novela diferente e interesante. El Desenterrador es un coro polifónico con  múltiples voces narrativas, Bill, Soledad, Jorge, Anabella, Miguel y sobre todo Urbano,  expresan sus ambivalencias, temores y sentimientos. Ellos rompen la típica monotonía y secuencia lineal de otras narraciones que nos abruman con su inmovilismo literario.

    El Desenterrador  es otra cosa, aquí todo es un enigmático rompecabezas de sorpresas,  el lector  como protagonista coloca, desde su perspectiva, las piezas esenciales hasta encontrar el eje subyacente de una extraordinario drama existencial. Otro detalle de relieve, en el diseño literario, es el estilo dialogado que le da  a la lectura una dinámica original, sustentada por descripciones puntuales de ambientes y protagonistas, que permiten al lector participar en la trama, al asumir un rol principal. Otro valor sustancial es que la narración tiene detalles poéticos con metáforas significativas, eso le da musicalidad a la prosa.

    El Desenterrador exige una lectura con horizontes abiertos, una actitud libre de prejuicios, es una obra para lectores con imaginación.

Temática como un tsunami.

       Nos atrevimos a atravesar la frontera prohibida y desafiar
      a todos los que consideraban un gigante imposible de vencer.

    Ramón Fonseca Mora, como ola huracanada, remueve el subsuelo del alma humana, nada es igual después de la lectura del Desenterrador.

    Narra los trágicos acontecimientos del 9 de enero de 1964 desde ópticas distintas. La marcha de los estudiantes del “Nido de Águilas” hasta los incidentes con los “zonians” en la Escuela de Balboa es emocionante, nos hace sentir la serenidad, valentía y determinación de una juventud heroica. También nos mete en la piel de esa población colonialista que siente como suyo ese territorio canalero, son dos fuerzas antagónicas que chocan con vehemencia. Bill es la voz de la arrogancia imperial. Vivimos esos momentos de caos, destrucción y muerte, de angustia e impotencia ante la agresión del Coloso del Norte, nos duele el constante “plin, plin” de las balas asesinas.

                            *************

       El diablo  visitó a Panamá hace treinta años, en una
      tempestad de dolor y muerte que arrebató a muchos
     su niñez, su juventud.

    Otra de las historias paralelas, es  “la desaparición” de las víctimas de la dictadura militar que ensombreció este país por más de veinte años. Esos crímenes todavía están silenciados por un muro de tinieblas y perversidad de un ente judicial corrupto.

    Ramón Fonseca Mora confronta con  valor el caso particular de “Menéndez” (Heliodoro Portugal), en esa muerte hubo violencia, tortura, sadismo y maldad… es la constante búsqueda de muchos otros como Floyd Britton, Héctor Gallegos y  Rita Ward. Los dolores del pasado son todavía profundos…

¿Quiénes están furiosos con El Desenterrador?

    Los que desean silenciar la gesta heroica de la juventud panameña en la recuperación de nuestra plena jurisdicción en el área canalera, los que hacen los grandes negocios con las tierras revertidas, los que se opusieron a esa lucha generacional iniciada desde el mismo día en que se firmó el Tratado Hay-Bunau Varilla, el 18 de noviembre de 1903.

    Los panameños con sangre, dolor y lágrimas le pusimos término a la “perpetuidad canalera”.

    Están furiosos los que manejan a su antojo los millones de la ruta canalera.

    Están furiosos con el desentierro de los esqueletos de los asesinados por el régimen militar, los que hacen todo lo posible para cubrir con sus montañas de mentiras, traición y dolor esos hechos abominables. Los que quieren que seamos un país de castrados, aún el peso de la dictadura se siente por doquier.

    Ramón Fonseca Mora también está furioso pues aún no puede encontrar los restos de su amigo el sacerdote Héctor Gallegos, viven con furia las madres, esposas, hijos y amigos de los desaparecidos por ese corrupto régimen militar y civil que ensombreció la dignidad nacional.

    Con El Desenterrador, Ramón Fonseca Mora desentierra sus obsesiones, es un grito para que la tierra y el mar saquen a la luz los cuerpos ocultos de panameños decentes que lucharon por una sociedad más justa.

Perfil del autor.
    Ramón Fonseca Mora es un escritor que se renueva con cada nueva obra, es multitemático, siempre se supera en cada uno de sus diseños narrativos, es un innovador de estilos, nos prueba que la literatura no se improvisa, que requiere de muchas lecturas y de estudios permanentes.

    El Desenterrador pone al Panamá Literario en el ámbito mundial, Ramón Fonseca Mora es sin duda uno de los mejores narradores panameños de todos los tiempos.

    El Desenterrador es la expresión genuina del Panamá profundo que conceptualizaron Ángel Rubio y Carlos Manuel Gasteazoro desde la perspectiva del conocimiento real de nuestra geografía e historia y que Rodrigo Miró sintetiza en su Teoría de la Patria.

    Como oriundo de Taboga, me sentí halagado pues Ramón Fonseca hace de la “isla mágica” de Sinán y de Richard Brooks, el centro geográfico de su espectacular trama.

Referencia Bibliográfica.
Fonseca Mora, El Desenterrador/ Costa Rica: Alfaguara, 2007. 430p.

 Nota.  En mi libro Memoria de mis memorias incluyo el ensayo “Aproximación al Panamá literario” con comentarios del haber bibliográfico de Ramón Fonseca Mora, así como un anexo con distintos modelos de cómo se hace crítica literaria.

Memoria de mis memorias es una antología de cuatros ensayos:

“Don Amor y la Celestina”, análisis de dos clásicos de la literatura medieval  El libro del buen amor de Juan Ruiz y la Celestina de Fernando de Rojas.

 “Aproximación al Panamá literario contemporáneo”

 “La patria estudiantil panameña”, análisis histórico de las luchas de la juventud panameña y sobre todo un Homenaje a la Generación del 58 con sus hechos relevantes como la Operación Soberanía (2 de mayo 1958), los trágicos sucesos de Mayo con más de 30 muertos, la Marcha patriótica del 3 de noviembre a la Zona canalera de 1959, los sucesos de enero de 1964 y el levantamiento de Cerro Tute.

 En el último ensayo “SOY el Chagres. Matriz del devenir histórico de la nación panameña”, el río cuenta su historia, es el devenir de la nación panameña.

También recomiendo Los rostros del tiempo en su 3ª.ed. corregida y aumentada. Son ensayos históricos, filosóficos y sociales.

Hoy cuando el MEDUCA atenta contra el Panamá literario, histórico y cultural invito a cerrar filas con el Movimiento por el Rescate de la Identidad y Memoria Histórica.

lunes, 9 de enero de 2012

Un día como hoy, 9 de enero:

JUEVES, 9 DE ENERO DE 1964:
Durante todo el día: estudiantes de la Escuela Superior de Balboa y sus padres montan guardia en torno al asta colocada frente al plantel para impedir que las autoridades del Colegio o la Policía bajen la bandera de los Estados Unidos, izada por ellos.

5:00 p.m.: un grupo de doscientos estudiantes del Instituto Nacional de Panamá, varones y niñas, entran a la Zona del Canal, visitan a las autoridades locales estadounidenses y obtienen permiso para izar la bandera panameña y cantar el Himno Nacional de Panamá al lado del asta colocada frente a la Escuela Superior de Balboa.

5:30 p.m.: En su marcha hacia la Escuela Superior de Balboa, los estudiantes institutores son detenidos por un grupo de agentes de policía de Balboa. Amistosamente, acuerdan que sólo una delegación de cinco estudiantes llegue hasta la Escuela Superior de Balboa a cumplir la misión para la cual habían recibido autorización.

5:45 p.m.: Mientras sus compañeros los aguardan fuera de su vista a unos dos metros de distancia, los cinco institutores tratan de cantar el Himno Nacional de Panamá al lado del asta en donde ondea la bandera de los Estados Unidos, rodeada por más de dos mil estudiantes y padres de familia de ese colegio. Los institutores son abucheados, primero, y luego la multitud se lanza sobre ellos, tratan de arrebatarles la bandera y, al no conseguirlo, la desgarran y la pisotean. Cuando los institutores tratan de defenderse con puños y punta- piés, los agentes de Policía de la Zona los repelen a toletazos. Con lágrimas de impotencia, los institutores se retiran hasta donde están sus compañeros, perseguidos por los estudiantes zoneítas.

6:00 p.m.: Los doscientos estudiantes institutores, perseguidos aún por estudiantes, padres de familia y policías de la Zona del Canal, se repliegan hacia la Avenida Cuatro de Julio y se defienden con piedras de sus perseguidores.

6:30 p.m.: La noticia se extiende inmediatamente a lo largo de la línea limítrofe y centenares de nuevos estudiantes y particulares panameños acuden al rescate de los institutores perseguidos. Indignados por la ofensa inferida a la Bandera Nacional, lanzan piedras contra los estudiantes y particulares zoneítas. Caen los primeros heridos. Ascanio Arosemena, estudiante de la Escuela Profesional, recoge a un compañero herido y trata de sacarlo del lugar de la balacera, y es alcanzado por una bala de rifle. Se produce, así el primer muerto por la agresión armada de la policía zoneíta.

7:00 p.m.: Decenas de heridos caen bajo las balas de los revólveres y fusiles de la Policía Zoneíta, reforzada por particulares de ese sector también atacando con armas de fuego. Los estudiantes se repliegan, pero vuelven con nuevas banderas, atacando con piedras y palos, volcando nuevos automóviles y trepando la cerca de acero conocida como "Muralla de Berlín", en abierto desafío al ataque de los zoneítas.

7:30 p.m.: Millares de estudiantes y particulares panameños salen de todos los puntos de la ciudad y se lanzan, portando banderas, por todos los sectores límites con la Zona del Canal. La avalancha de gente es tan poderosa, a pesar de no llevar armas, que la Policía de la Zona del Canal es doblegada por el número y pide la ayuda del Ejército de los Estados Unidos acantonado en la Zona del Canal.

8:00 p.m.: Las fuerzas armadas de la Zona del Canal entran en acción con armas pesadas y de largo alcance. Fusiles, ametralladoras y tanques se extienden a lo largo de todo el sector limítrofe y disparan incesantemente contra la multitud indefensa. El número de heridos y de muertos crece incesantemente y muchos se desangran durante horas antes de que puedan ser recogidos bajo las ráfagas de las ametralladoras estadounidenses, que disparan incluso contra las ambulancias que portan la bandera de la Cruz Roja.

9:00 p.m.: El Hospital Santo Tomás anuncia que no tiene espacio para más víctimas y pide la cooperación de los hospitales particulares y del Hospital del Seguro Social para que atiendan los heridos. Todo el personal médico y de enfermeras ha sido movilizado y centenares de hombres y mujeres están donando sangre.

10:00 p.m.: El Presidente de la República, que ha pedido a las autoridades militares de la Zona del Canal que cese la matanza de panameños indefensos, sin que su petición sea atendida, anuncia que el Gobierno Nacional ha roto relaciones con Estados Unidos, y que se ha pedido al personal de la Embajada de Panamá en Washington que regrese a Panamá a la mayor brevedad posible.

12:00 p.m.: Durante toda la noche ha seguido el ataque de las ametralladoras y los tanques del Ejército de los Estados Unidos, que se concentra sobre la Plaza del Palacio Legislativo, el cruce del Tívoli, el área del Instituto Nacional y otros sectores limítrofes. Casi todos los muertos y heridos caen dentro del territorio que no forma parte de la Zona del Canal y las balas estadounidenses hacen blanco dentro de la residencias particulares de Panamá y en las paredes del propio Palacio Legislativo.

sábado, 7 de enero de 2012

Un día como hoy, 7 de enero:

LUNES, 7 DE ENERO DE 1963:
La Comisión Negociadora, integrada por el Lic. Galileo Solís, Ministro de Relaciones Exteriores; doctor Octavio Fábrega, exministro de Relaciones Exteriores; Joseph Farland, Embajador de Estados Unidos en Panamá, y General Robert Fleming, Gobernador de la Zona del Canal de Panamá, anuncia que se ha llegado al acuerdo de izar la bandera panameña en todos los sitios de la Zona del Canal en donde sea izada la bandera de los Estados Unidos.


viernes, 7 de enero de 2011

9 DE ENERO. LOS HECHOS QUE PROVOCARON LA AGRESIÓN


Una comisión de media docena de estudiantes se separa de sus cincuenta compañeros para, autorizada por la Policía Zoneíta, cumplir la cívica misión de hacer ondear la bandera panameña en esa parte del territorio nacional.





Los orígenes inmediatos de los lamentables sucesos ocurridos durante los días 9, 10 y 11 de enero, se encuentran en la actitud de no acatamiento a las órdenes del Gobernador de la Zona del Canal, que adoptaron los residentes de dicha Zona y miembros del cuerpo de policía, cuando en los últimos días del mes de diciembre de 1963 este funcionario trató de dar cumplimiento al acuerdo concertado entre los Gobiernos de Panamá y los Estados Unidos un año antes, el 7 de enero de 1963, relativo al enarbolamiento de la bandera panameña en la Zona del Canal. Según dicho acuerdo, la enseña de Panamá debe ser enarbolada conjuntamente con la norteamericana, en todos los sitios de la Zona del Canal, donde es izada la bandera de los Estados Unidos por las autoridades civiles.


Por razones que desconocemos, las autoridades de la Zona del Canal demoraron cerca de un año en intentar dar pleno cumplimiento al acuerdo sobre las banderas. Más aún, con el fin de desplegar el menor número posible de banderas panameñas en la Zona, procedieron, en violación del acuerdo, a remover arbitrariamente varias astas de sitios donde tradicionalmente había sido izada la bandera norteamericana; tales como frente a la residencia del Gobernador y frente al edificio de la Capitanía del Puerto. Siguiendo esta política, en los primeros días del mes de enero del presente año, el Gobernador de la Zona del Canal ordenó la remoción de las astas en que es izada la bandera de los Estados Unidos frente a las escuelas públicas y otros lugares.


El asta situada en la plaza de Gamboa, en la región central de la Zona del Canal, era una de las que debían ser removidas. Sin embargo en dicho lugar el sargento Carlton Bell al mando de las fuerzas locales de Policía, se negó a cumplir la orden del Gobernador. Este policía continuo por varios días izando exclusivamente la bandera norteamericana en Gamboa, con el aplauso de los zoneítas, y la abierta complicidad de sus superiores quienes no tomaron ninguna medida para obligar a este miembro de un instituto armado de los Estados Unidos a cumplir las órdenes superiores recibidas.

La prensa de los primeros días de enero le dio amplia publicidad al desacato del sargento de policía de Gamboa. Siguiendo su ejemplo, los estudiantes hijos y nietos de norteamericanos de ocho colegios y escuelas de la Zona del Canal se negaron también a acatar las órdenes del Gobernador. Azuzados por sus padres y amparados por los policías, hicieron guardia permanente ante las astas situadas frente a los planteles de enseñanza, e impidieron que las banderas norteamericanas fueran arriadas por las autoridades. Durante los días 7 y 8 de enero los estudiantes y adultos zoneítas llevaron a cabo manifestaciones ante la residencia del Gobernador para exigirle el enarbolamiento de la bandera norteamericana en violación al convenio suscrito con Panamá. La actitud asumida por la policía y los estudiantes zoneítas fue ampliamente difundida por la prensa local, lo cual acusó gran descontento entre los sectores estudiantiles y ciertos grupos de ciudadanos panameños. El descontento era explicable, por tratarse no tanto de actos de rebeldía contra las autoridades de la Zona del Canal, sino por la no disimulada complacencia con que esas mismas autoridades toleraban tales actos de rebeldía, que implicaban también el incumplimiento de un convenio celebrado entre los Estados Unidos y Panamá.

Los acontecimientos a que antes se ha hecho referencia demuestran que existía entre los civiles y policías zoneítas, un estado de insubordinación contra las órdenes del Gobernador, y que éstos se encontraban dispuestos a llegar a todos los extremos, inclusive al empleo de la violencia, con el fin de evitar que fuera cumplido el convenio suscrito con Panamá sobre el enarbolamiento de la bandera panameña en la Zona del Canal. Tal era el estado de excitación en que se encontraban los zoneítas, que el propio Gobernador Fleming se vió precisado a hacerles un llamado público pidiéndoles que no continuaran oponiéndose al cumplimiento de los convenios internacionales celebrados con Panamá por el Gobierno de los Estados Unidos. Dicho comunicado fue entregado a la prensa en la mañana del día 9, algunas horas antes de que se iniciaran los sangrientos sucesos que hoy lamentamos, y en parte, dice así:

"Creo que es innecesario que me refiera extensamente a las responsabilidades que recaen sobre los ciudadanos de Estados Unidos de sujetarse a los compromisos oficiales de su Gobierno. Sí me gustaría, sin embargo, hacer énfasis en que aquí en la Zona del Canal, donde nuestros actos están sujetos al escrutinio directo de ciudadanos de otros países, tenemos una responsabilidad mayor.

Solicito la cooperación de todos los ciudadanos de Estados Unidos en estos momentos para honrar los compromisos de nuestro país, demostrando buena fe mediante nuestras propias acciones. Debemos dar el ejemplo y algunas de nuestras acciones recientes no han sido ejemplares a la luz de compromisos internacionales de Estados Unidos".

Es oportuno hacer notar que horas después de expedir el comunicado de prensa, el Gobernador Fleming partió para los Estados Unidos. El Gobernador decidió abandonar la Zona del Canal a pesar de que tenía pleno conocimiento del estado de insubordinación en que desde hacía más de una semana se encontraban los policías y otros habitantes de la Zona y el descontento de los panameños ante su incapacidad para hacerse obedecer. Salió del aeropuerto en los precisos momentos en que se iniciaban los primeros incidentes entre estudiantes zoneítas y panameños, dejando el Gobierno de la Zona del Canal en manos de elementos identificados con los grupos zoneítas insubordinados.

La ausencia del Gobernador Fleming durante la trágica noche del 9 de enero, se hizo sentir aún más debido a la circunstancia de que desde el mes de agosto no existía Embajador de los Estados Unidos acreditado ante el Gobierno de Panamá.

Fueron estos actos de insubordinación de la policía de la Zona del Canal, de desacato de los estudiantes zoneítas y sus padres, la complacencia de las autoridades norteamericanas, las causas inmediatas de los trágicos sucesos de los días 9, 10 y 11 de enero.






Los estudiantes zoneítas rodean la base del asta de la bandera, para impedir que los seis estudiantes del Instituto Nacional, izaran el pabellón Nacional y se colocaran para cantar el Himno Nacional. El Capitán de la Policía de la Zona del Canal, Gaddis Wall no hizo ningún esfuerzo por desalojar a esos estudiantes.






El propio Capitán de la Policía de la Zona del Canal de Panamá, Gaddis Wall , discutiendo con los estudiantes de Balboa, Zona del Canal de Panamá, territorio panameño, que no permitieron a los estudiantes panameños cantar el Himno Nacional de Panamá




Otra prueba gráfica de la furia militar estadounidense en contraste con la serena actitud de los desarmados estudiantes panameños.





Fuente:
NARRACIÓN DE LOS SUCESOS DE ENERO DE 1964
Publicado en la Revista Lotería Nº 101-102, de abril-mayo de 1964.