jueves, 20 de enero de 2011

Ferdinand De Lesseps y los canales - III

Tercera entrega

Por: Alberto Méndez Pereira
Publicado en la Revista Lotería Nº 289, de abril de 1980




DE LESSEPS Y EL CANAL DE PANAMÁ
(Algunos apuntes)

La "Comisión del Canal Interoceánico", formada por mandato del Congreso de Estados Unidos, declaró en 1876, al terminar sus estudios de factibilidad, que la conocida como "Ruta de Nicaragua" era la recomendable para la construcción de un canal que uniera el Atlántico con el Pacífico. Abundaba dicha Comisión en "razones" estimadas ventajosas (sic) sobre las cuales sustentaban su recomendación. Ese hecho produjo en Francia gran interés y excitación en determinados grupos. Por ello, sin duda, un mes después de la mencionada Comisión Norteamericana, fue fundada en el seno de la Sociedad Geográfica de París un comité para "estudiar la cuestión".

De esa Sociedad Geográfica surgió la convocatoria, en 1879, de un Congreso Internacional de Ingenieros que se reunió en París, en Mayo de ese año (1879). Ferdinand de Lesseps, circundado de fama por lo del Canal de Suez, fue elegido Presidente de dicho Congreso. Luego, en virtud de sus personales características y de su prestigio como empresario, se convirtió en una especie de centro y motor de aquella trascendental reunión de hombres de ciencia.

El Congreso Internacional de 1879 tenía como fin estudiar, a fondo y en detalles, todo lo concerniente a un canal interoceánico. Asistieron a él ciento treinta y seis (136) delegados que representaban un total de veintidós países, entre otros: Francia, con la mayoría, Estados Unidos, con once, Holanda, Alemania, Noruega, Austria-Hungría, Suecia, España, México, Colombia, Nicaragua. Concurrió por Colombia el Ingeniero Panameño y "avezado explorador", PEDRO J. SOSA. En su gran mayoría los delegados a ese histórico Congreso fueron ingenieros, pero también concurrieron expertos navales, economistas y exploradores. Todos ellos "estuvieron reunidos -ha dicho un historiador- bajo un mismo techo, en la serenidad imparcial de la ciencia".

Al tomar asiento Ferdinand de Lesseps como Presidente en la sesión inaugural, fue delirantemente ovacionado. Seguidamente él, al observar que había en la sala gran número de mujeres, exclamó, en tono galante; "La presencia de señoras en una reunión de científicos es siempre un buen presagio".

Todos los proyectos estudiados en ese Congreso fueron rechazados, con excepción de dos: el relativo a un canal de esclusas por Nicaragua y el concerniente a un canal a nivel por Panamá, los cuales debían ser, muy luego, detenidamente estudiados. En efecto, pesadas y discutidas, en todos sus aspectos, las circunstancias correspondientes a uno y otro proyecto, fue escogido, en medio de gran alborozo -las mujeres agitaban sus pañuelos- el referente al Canal de Panamá. Obtuvo setenta y cuatro (74) votos afirmativos (entre ellos el de Sosa) contra ocho (8), de algunas abstenciones y ausencias (McCullough). Sólo votaron los ingenieros.

Creo oportuno engarzar aquí que el Ingeniero José Nicolás Adolfo Godin de Lepinay, uno de los más ilustres delegados por Francia al varias veces mencionado Congreso, quien había tenido experiencia en tierras tropicales de América, en donde construyó ferrocarriles y quien condenaba el clima malsano de esta región, presentó un proyecto, que fue negado, para la construcción de un canal por Panamá según el sistema de esclusas. Abundó en lujo de explicaciones técnicas sobre su teoría contraria a la del canal a nivel, como lo quería de Lesseps. Lepinay, en su exposición de defensa de su proyecto que, como dije, fue negado, subrayó las ventajas que este ofrecía en cuanto a tiempo y dinero y, al terminar, declaró: "Vuestra obra sería así enormemente aliviada"

Inserto a continuación, por juzgarlo oportuno, traducido al español, el texto, leído por de Lesseps, de la Resolución del Congreso Internacional de Ingenieros de París de 1879, referente al escogimiento de la vía de Panamá para el Canal Interoceánico. Dice así: - "El Congreso cree que la excavación de un canal interoceánico, a nivel, tan deseable a los intereses del Comercio y la navegación, es factible; y que, con el fin de aprovechar las indispensables facilidades de acceso y de operación que un estrecho de esta naturaleza debe ofrecer por encima de todo, este canal ha de extenderse del Golfo de Limón a la Bahía de Panamá".

Al tocar el turno a Lepinay en la votación oral de la anterior Resolución -dimos ya las cifras del resultado- el citado ingeniero manifestó:-. "Aunque incapaz para hacer triunfar mi plan, no lo abandonaré y para que no pesen sobre mi conciencia innecesarias muertes y gastos inútiles, yo digo: no", Sus palabras -anota un comentarista- "fueron recibidas con rechiflas", El proyecto del ingeniero Lepinay sobre el Canal de Panamá, fue 27 años después, adoptado por el Congreso de Estados Unidos para que el gobierno de ese país terminara la obra comenzada por los franceses.

Al aceptar de Lesseps encargarse de la dirección de la empresa que debía iniciar la construcción del Canal de Panamá, aun contra el consejo de sus íntimos amigos, hizo la siguiente declaración: - "Hace dos semanas, no tenía idea de colocarme a la cabeza de una nueva empresa. Mis amigos más queridos han tratado de disuadirme diciéndome que, después de lo de Suez, yo debía descansar. iBien! Habiendo un general ganado una primera victoria y queriendo ganar una segunda, ¿rehusaría intentarlo?".

Pero era evidente el entusiasmo y la fe de Ferdinand de Lesseps en la nueva obra que iba a emprender, de tal suerte, que subestimó los peligros que suponía el enfrentamiento a una tierra bravía, rocosa, asaz malsana (una de las principales causas del fracaso de la Compañía) y de salvaje y espesa vegetación. Confiaba en su espíritu de emprendedor tenaz e indoblegable ante los obstáculos. Por eso, apoyado en sus fuerzas espirituales, no titubeó, optimista, en declarar: - "Sostengo que Panamá (el Canal) es más fácil de construir y más fácil de mantener que el Canal de Suez".

viernes, 14 de enero de 2011

Ferdinand De Lesseps y los canales - II

Segunda Entrega



Por: Alberto Méndez Pereira
Publicado en la Revista Lotería Nº 289, de abril de 1980

FERDINAND DE LESSEPS y EL CANAL DE SUEZ

El interés de De Lesseps en la construcción de canales se puso de manifiesto desde 1830 con ocasión de la llegada a Egipto de un cuerpo de ingenieros civiles franceses, dirigidos por un tal Próspero Enfantin, con el fin de abrir un canal por Suez. Fracasaron en su intento esos ingenieros y más de la mitad del grupo de ellos murió por efectos del cólera.

Existía en Europa, en vista del fracaso de todos los intentos , gran escepticismo en relación con las posibilidades de la construcción del Canal de Suez. Hubo adversarios acérrimos de la idea, como Lord Palmerston, quien, en nombre del Gobierno Británico declaró, en Julio de 1857, a propósito de una empresa organizada para ir a Suez, lo siguiente: - "Creo yo que es una empresa, la cual desde el punto de vista comercial, puede juzgarse en la categoría de las numerosas trampas que, de tiempo en tiempo, son tendidas a la credulidad de los capitalistas papanatas". Tres años después, en Agosto de 1860, el mismo Palmerston agregó:- "Esta Compañía, conforme a menudo he dicho, es una de las más remarcables empresas del engaño que han sido puestas en práctica en los tiempos modernos. Es un completo señuelo, de principio al fin".

Un mentís a estos conceptos y un desvanecimiento de la "tenebrosa cortina” creada alrededor de todo proyecto encaminado a unir el Mar Mediterráneo con el Indico; una elocuente respuesta a los agoreros, de entonces y de todos los tiempos, empeñados en hacer fracasar todo intento de efectuar grandes obras -aquellas que sobrepasan los linderos comunes y tradicionales- fue la inauguración, el 17 de Noviembre de 1869, del Canal de Suez, construido exitosamente, después de tenaz lucha, bajo la perseverante y eficaz dirección de FERDINAND DE LESSEPS.

De Lesseps, con miras de llegar a la realización de aquella gran obra, se dedicó a leer todo lo relacionado con la idea de un canal en Egipto. Volvió a encontrar a Enfantin, a quien había conocido en Egipto y quien era el mismo del fracaso del primer intento en Suez. Le facilitó toda la documentación que guardaba de aquel proyecto y que de Lesseps aprovechó en sus estudios preparatorios relativos a la posibilidad de ese canal.

En 1853, habiendo quedado viudo de Lesseps, se refugió por un tiempo en La Chesnaye, dedicado al estudio a fondo de "su canal". De allí -dicho esto como en paréntesis-- escribió a su hijo Carlos, de doce años y estudiante en París, con el fin de consolarlo por la reciente muerte de su madre, lo siguiente: "La vida demanda valentía, resignación y confianza en la Providencia".

Al enterarse Ferdinand de Lesseps de que el nuevo Virrey de Egipto era su amigo Mohamed Said, partió, sin pérdida de tiempo, para aquel país. A la amistad entre estos dos personajes se debe el nombre de "Port Said". De Lesseps fue espléndidamente recibido por su amigo, el nuevo gobernante Egipcio, de quien, muy pronto, alcanzó su asentimiento y cooperación amplia en el proyecto canalero. El citado gobernante egipcio se limitó a formular unas cuantas preguntas a de Lesseps, para declarar, muy pronto, su total acuerdo. "El momento había llegado para consumar la unión del Este con el Oeste".

Ante la perspectiva que se le presentaba y en vista de la franca cooperación ofrecida por Mohamed Said, de Lesseps se puso en acción durante los quince años siguientes, durante los cuales se dedicó a promover interés hacia su proyecto ante monarcas europeos, banqueros y editores de periódicos. No tuvo reposo explicando sus planes a través de innumerables entrevistas y artículos periodísticos. Hallándose en Londres, izó una bandera francesa en una ventana del hotel en que se hospedaba, en el céntrico barrio de Picadilly. Se lanzó, luego, en gira por Inglaterra en la cual pronunció más de ochenta discursos en un mes. Cuando el rico Barón de Rothchild, criticando su método para allegar fondos, le dijo: "No tendrá Usted éxito", de Lesseps sólo replicó: "Veremos".

De Lesseps no era hombre que se arredraba ante las dificultades. Su dinamismo, persistencia, energía, imaginación y habilidad para la propaganda, así como su capacidad de resistencia y disposición de ánimo ante las decepciones, lo llevaron a triunfar en sus propósitos en cuanto al Canal de Suez se refiere. Su carácter pertinaz, porfiado, caía bien dentro de lo que Julio Verne llamaba; "El genio de la voluntad". Gran parte del dinero para esa obra –cerca de la mitad- fue aportada por unos "veinticinco mil" franceses y el resto, por Mohamed Said, el de Egipto. El sucesor de éste, el Khedive Ismail, fue aún más colaborador, más generoso que Said, al grado de que llegó a poner en peligro de bancarrota al fisco egipcio.

En cuanto a su provecho personal, de Lesseps declaró: "Voy a emprender algo sin el propósito de ganancias ni utilidad personal. Esto es lo que me ha permitido mantener mi vista clara hasta ahora y mis pisadas alejadas de las rocas". De Lesseps proclamaba que sus afanes en consumar la obra de Suez eran exclusivamente por "el bien de la humanidad". El último año de los trabajos allí, declaró a su corresponsal de prensa lo siguiente; "Espero con paciencia, con esa paciencia que requiere -lo aseguro- una gran entereza de carácter".

Al cabo de un año de tales declaraciones, se abrió al mundo el Canal de Suez, el 17 de Noviembre de 1869, ante la admiración y júbilo de varios miles de personas alineadas en sus orillas. La celebración de ese triunfo fue grandiosa. El Khadive Ismail no escatimó gastos en la ceremonia inaugural. Asistieron, en gran presentación, representantes oficiales de las naciones europeas. Hubo toda clase de festejos y derroche de todo tipo. He aquí, apenas, el siguiente dato; fueron llevados de Europa quinientos (500) cocineros y mil (1,000) camareros y así, por ese estilo, otras extravagancias, según las descripciones publicadas. Estuvieron presentes allí varios barcos franceses, cinco acorazados británicos, una balandra de guerra rusa y otras embarcaciones de distintas nacionalidades. Hubo, en total, una presencia de cincuenta naves.

Durante los meses siguientes, Ferdinand de Lesseps fue objeto de grandes distinciones por parte de los principales países europeos. En Francia se le recibió como héroe y fue condecorado con la Gran Cruz de la Legión de Honor. Se le ofreció sinnúmero de banquetes, recepciones y diferentes homenajes y su nombre cubría constantemente las páginas de periódicos y revistas europeos. La Reina Victoria de Gran Bretaña, a proposición del Primer Ministro Gladstone, le confirió la Gran Cruz de la Estrella de India. Conviene anotar que fue precisamente en Inglaterra, en tiempos de Palmerston, en donde, como antes señalamos, se hizo más oposición a todo proyecto de construcción de un canal en Egipto. Entre otros honores discernidos al "Gran Francés" como lo llamara León Gambetta, el célebre repúblico y tribuno galo, no puedo dejar de mencionar que el 23 de Abril de 1885, fue recibido como miembro de la Academia Francesa, en sesión solemnísima.

He aquí una interesante anécdota: Se cuenta que, un 14 de Julio en París, se dirigía Ferdinand de Lesseps a la Estación del ferrocarril a tomar el tren con destino al sitio de su residencia campestre cuando, al pasar por la Plaza de la República y ser reconocido, la multitud allí congregada rodeó el coche en que iba de Lesseps, dando vivas al "Gran Francés", al "Héroe". Luego, movidos los manifestantes de febril entusiasmo, desengancharon los caballos y empujaron ellos el carruaje hasta la estación.

Para terminar esta corta reseña relativa al período de la vida de Ferdinand de Lesseps, sin duda, el más interesante por sus luchas triunfales, engarzo aquí el siguiente dato curioso aportado por uno de sus biógrafos. Se refiere a que de Lesseps, pocos días después de la inauguración del Canal de Suez, contrajo segundas nupcias con Luisa Helena Autard, "hermosa joven francesa" (de la Isla Mauricio), de apenas veinte años y como consecuencia de "amor a primera vista". Lo curioso de esto radica, quizá, en que de Lesseps contaba entonces sesenta y cuatro (64) años y que los frutos de ese su segundo matrimonio significaron nada menos que doce hijos: seis varones y seis mujeres. Según alguno de sus comentaristas, ésa fue "una realización de Ferdinand de Lesseps más notable que el Canal de Suez". . . .

martes, 11 de enero de 2011

Ferdinand De Lesseps y los canales

Ferdinand de Lesseps es parte de nuestra historia y en estos artículos pretendo dar a conocer a la persona que estuvo a cargo de la construcción del Canal Francés.

Primera entrega:

Por: Alberto Méndez Pereira

Publicado en la Revista Lotería Nº 289, de abril de 1980

"Es infinitamente mejor encarar grandes obras, ganar resonantes triunfos, aunque impliquen riesgo, que situarse entre los pobres de espíritu, quienes no disfrutan, ni sufren mucho porque viven dentro del nublado crepúsculo en el que no se conocen ni victorias ni derrotas". (Teodoro Roosevelt)

"Fue el Conde Fernando de Lesseps, orgulloso constructor del Canal de Suez, el primero en atreverse al monumental esfuerzo de unir los dos grandes océanos" - (Del libro "El Canal de Panamá- 50 Aniversario 1914-1964)-

"Y yo sostengo que Panamá (el Canal) será más fácil de construir y más fácil de mantener que el de Suez". (Ferdinand de Lesseps)

Entre las célebres figuras de la humanidad, registradas por la historia, cuenta, sin duda, FERDINAND DE LESSEPS. Su nombre ha sido traído y llevado por los grandes escenarios de la publicidad y la crítica, tanto en Francia, su patria, como en el ámbito internacional. Se le ha elogiado con pinceladas de oro, para luego, al compás de las injusticias humanas y al ritmo de ciegas pasiones, ese mismo hombre de recia voluntad y singular energía física y moral; ese hombre genial en la concepción de atrevidas y arriesgadas empresas, quien indirectamente subrayó el prestigio de la técnica francesa, fue vilipendiado, acusado y hasta condenado por parte, incluso, del mismo pueblo que lo había exaltado y glorificado.

Me propongo recoger en esta reseña algunos datos biográficos y unos cuantos rasgos anecdóticos, tomados de fuentes históricas, que trataré de presentar en amplitud mayor, quizá, de la conocida generalmente. Ello es con el fin de destacar, dentro de la estrechez de estas líneas periodísticas, aristas de la calidad del hombre que, con más de setenta años a cuestas, se enfrentó valientemente, resueltamente, a la gigantesca tarea de intentar, como lo hizo, la realización del "sueño de los siglos": el CANAL DE PANAMA.

Ferdinand de Lesseps nació el 19 de Noviembre de 1805 en Versalles, en una casa cercana a los jardines del Palacio, a la Fuente de Neptuno y no muy distante del Gran Canal de Versalles, por cuyas aguas surcaron, en tiempos de Luis XIV –el llamado Rey-Sol-, alegóricas y pintorescas góndolas. La impresión de ese cautivo canal versallesco , observado, sin duda, incontables veces por de Lesseps cuando niño, ¿no influiría, acaso, en el ánimo de quien iba a convertirse en constructor de canales? F. de Lesseps falleció a la edad de ochenta y nueve (89) años, en La Chesnaye (centro de Francia), el siete de Diciembre de 1894. A igual edad -dicho sea de paso- murió el 24 de Noviembre de 1929, el "TIGRE" CLEMENCEAU, ese celebérrimo francés, entre cuyos sustanciales atributos, sobresalieron la reciedumbre agresividad e intrepidez de carácter.

Ferdinand de Lesseps, a juicio de sus biógrafos, era un "apasionado de la música, de los libros, de su trabajo y de la equitación. Lo fue igualmente de sus hijos (tuvo muchos), de su "pizpireta" primera esposa (Agata Delamalle) y de su "hermosa" segunda mujer (Luisa Helena Autard)."

Perteneció de Lesseps a una distinguida familia. Sus miembros "amaban el progreso y .la acción"; eran amigos de las cosas difíciles y de marcada "atracción personal". Se agitaron en la vida diplomática. Un tío de Ferdinand ganó título de nobleza por servicios especiales a Francia. Su tío Martín, sirvió como Cónsul General ante el gobierno de Catalina de Rusia y su padre, Mateo de Lesseps, se distinguió como agente diplomático en la era napoleónica, cosa la cual le permitió trabar amistad con Taillerand. Entre otros cargos desempeñados por su padre cuenta el de Ministro en Madrid. en donde, su hijo Ferdinand, aprendió el español y se adentró en el conocimiento de España, país en que él mismo sería, como veremos más adelante, Ministro de Francia.

A la edad de diecinueve años, después de algunos estudios de derecho, fue nombrado con funciones consulares en la Legación Francesa en Lisboa, Portugal, a cuyo frente se hallaba su tío. Después sirvió Ferdinand en Túnez, con su padre, hasta el deceso de su progenitor en 1832. Residió más tarde siete años en Egipto, para pasar luego a Rotterdam (Holanda), a Barcelona y a Málaga, en España. En 1848 fue nombrado Ministro en Madrid. Su dominio de la lengua española, su don de gentes, su simpatía personal y su afición a los deportes (equitación principalmente) le facilitaron su labor diplomática.

Ferdinand de Lesseps fue un destacado empresario que gozó de la estimación y crédito de distinguidos hombres de finanzas; respetado por comerciantes, periodistas y -esto es muy significativo- por los "más hábiles ingenieros civiles de Francia". Es muy significativo –digo- por el hecho de que Ferdinand de Lesseps no era ingeniero.

No anduvo de Lesseps abundante de riquezas. No era opulento, aunque sí vivió con "gran estilo". Sus dos esposas (en sus dos matrimonios) tenían alguna fortuna y eso, quizá, contribuyó a su vida cómoda o "de estilo"… "La reputada fortuna de F. de Lesseps fue una ficción" (McCullough). Harto sociable como era, le gustaba a de Lesseps tener invitados diariamente en su casa. No bajaron nunca de diez o quince personas para almorzar o cenar con él.

viernes, 7 de enero de 2011

9 DE ENERO. LOS HECHOS QUE PROVOCARON LA AGRESIÓN


Una comisión de media docena de estudiantes se separa de sus cincuenta compañeros para, autorizada por la Policía Zoneíta, cumplir la cívica misión de hacer ondear la bandera panameña en esa parte del territorio nacional.





Los orígenes inmediatos de los lamentables sucesos ocurridos durante los días 9, 10 y 11 de enero, se encuentran en la actitud de no acatamiento a las órdenes del Gobernador de la Zona del Canal, que adoptaron los residentes de dicha Zona y miembros del cuerpo de policía, cuando en los últimos días del mes de diciembre de 1963 este funcionario trató de dar cumplimiento al acuerdo concertado entre los Gobiernos de Panamá y los Estados Unidos un año antes, el 7 de enero de 1963, relativo al enarbolamiento de la bandera panameña en la Zona del Canal. Según dicho acuerdo, la enseña de Panamá debe ser enarbolada conjuntamente con la norteamericana, en todos los sitios de la Zona del Canal, donde es izada la bandera de los Estados Unidos por las autoridades civiles.


Por razones que desconocemos, las autoridades de la Zona del Canal demoraron cerca de un año en intentar dar pleno cumplimiento al acuerdo sobre las banderas. Más aún, con el fin de desplegar el menor número posible de banderas panameñas en la Zona, procedieron, en violación del acuerdo, a remover arbitrariamente varias astas de sitios donde tradicionalmente había sido izada la bandera norteamericana; tales como frente a la residencia del Gobernador y frente al edificio de la Capitanía del Puerto. Siguiendo esta política, en los primeros días del mes de enero del presente año, el Gobernador de la Zona del Canal ordenó la remoción de las astas en que es izada la bandera de los Estados Unidos frente a las escuelas públicas y otros lugares.


El asta situada en la plaza de Gamboa, en la región central de la Zona del Canal, era una de las que debían ser removidas. Sin embargo en dicho lugar el sargento Carlton Bell al mando de las fuerzas locales de Policía, se negó a cumplir la orden del Gobernador. Este policía continuo por varios días izando exclusivamente la bandera norteamericana en Gamboa, con el aplauso de los zoneítas, y la abierta complicidad de sus superiores quienes no tomaron ninguna medida para obligar a este miembro de un instituto armado de los Estados Unidos a cumplir las órdenes superiores recibidas.

La prensa de los primeros días de enero le dio amplia publicidad al desacato del sargento de policía de Gamboa. Siguiendo su ejemplo, los estudiantes hijos y nietos de norteamericanos de ocho colegios y escuelas de la Zona del Canal se negaron también a acatar las órdenes del Gobernador. Azuzados por sus padres y amparados por los policías, hicieron guardia permanente ante las astas situadas frente a los planteles de enseñanza, e impidieron que las banderas norteamericanas fueran arriadas por las autoridades. Durante los días 7 y 8 de enero los estudiantes y adultos zoneítas llevaron a cabo manifestaciones ante la residencia del Gobernador para exigirle el enarbolamiento de la bandera norteamericana en violación al convenio suscrito con Panamá. La actitud asumida por la policía y los estudiantes zoneítas fue ampliamente difundida por la prensa local, lo cual acusó gran descontento entre los sectores estudiantiles y ciertos grupos de ciudadanos panameños. El descontento era explicable, por tratarse no tanto de actos de rebeldía contra las autoridades de la Zona del Canal, sino por la no disimulada complacencia con que esas mismas autoridades toleraban tales actos de rebeldía, que implicaban también el incumplimiento de un convenio celebrado entre los Estados Unidos y Panamá.

Los acontecimientos a que antes se ha hecho referencia demuestran que existía entre los civiles y policías zoneítas, un estado de insubordinación contra las órdenes del Gobernador, y que éstos se encontraban dispuestos a llegar a todos los extremos, inclusive al empleo de la violencia, con el fin de evitar que fuera cumplido el convenio suscrito con Panamá sobre el enarbolamiento de la bandera panameña en la Zona del Canal. Tal era el estado de excitación en que se encontraban los zoneítas, que el propio Gobernador Fleming se vió precisado a hacerles un llamado público pidiéndoles que no continuaran oponiéndose al cumplimiento de los convenios internacionales celebrados con Panamá por el Gobierno de los Estados Unidos. Dicho comunicado fue entregado a la prensa en la mañana del día 9, algunas horas antes de que se iniciaran los sangrientos sucesos que hoy lamentamos, y en parte, dice así:

"Creo que es innecesario que me refiera extensamente a las responsabilidades que recaen sobre los ciudadanos de Estados Unidos de sujetarse a los compromisos oficiales de su Gobierno. Sí me gustaría, sin embargo, hacer énfasis en que aquí en la Zona del Canal, donde nuestros actos están sujetos al escrutinio directo de ciudadanos de otros países, tenemos una responsabilidad mayor.

Solicito la cooperación de todos los ciudadanos de Estados Unidos en estos momentos para honrar los compromisos de nuestro país, demostrando buena fe mediante nuestras propias acciones. Debemos dar el ejemplo y algunas de nuestras acciones recientes no han sido ejemplares a la luz de compromisos internacionales de Estados Unidos".

Es oportuno hacer notar que horas después de expedir el comunicado de prensa, el Gobernador Fleming partió para los Estados Unidos. El Gobernador decidió abandonar la Zona del Canal a pesar de que tenía pleno conocimiento del estado de insubordinación en que desde hacía más de una semana se encontraban los policías y otros habitantes de la Zona y el descontento de los panameños ante su incapacidad para hacerse obedecer. Salió del aeropuerto en los precisos momentos en que se iniciaban los primeros incidentes entre estudiantes zoneítas y panameños, dejando el Gobierno de la Zona del Canal en manos de elementos identificados con los grupos zoneítas insubordinados.

La ausencia del Gobernador Fleming durante la trágica noche del 9 de enero, se hizo sentir aún más debido a la circunstancia de que desde el mes de agosto no existía Embajador de los Estados Unidos acreditado ante el Gobierno de Panamá.

Fueron estos actos de insubordinación de la policía de la Zona del Canal, de desacato de los estudiantes zoneítas y sus padres, la complacencia de las autoridades norteamericanas, las causas inmediatas de los trágicos sucesos de los días 9, 10 y 11 de enero.






Los estudiantes zoneítas rodean la base del asta de la bandera, para impedir que los seis estudiantes del Instituto Nacional, izaran el pabellón Nacional y se colocaran para cantar el Himno Nacional. El Capitán de la Policía de la Zona del Canal, Gaddis Wall no hizo ningún esfuerzo por desalojar a esos estudiantes.






El propio Capitán de la Policía de la Zona del Canal de Panamá, Gaddis Wall , discutiendo con los estudiantes de Balboa, Zona del Canal de Panamá, territorio panameño, que no permitieron a los estudiantes panameños cantar el Himno Nacional de Panamá




Otra prueba gráfica de la furia militar estadounidense en contraste con la serena actitud de los desarmados estudiantes panameños.





Fuente:
NARRACIÓN DE LOS SUCESOS DE ENERO DE 1964
Publicado en la Revista Lotería Nº 101-102, de abril-mayo de 1964.

sábado, 1 de enero de 2011

Cinco poetas panameños en Panamapoesia.com

Hemos iniciado con la investigación de cinco poetas panameños. En algunos casos existe poca información sobre los mismos, por lo que agradecemos cualquier dato o información que nuestros visitantes puedan proporcionar y así contribuir con nuestra tarea de promover y divulgar la poesía y literatura panameña en Internet. Esperamos esta investigación sea un aporte significativo para todos los panameños.


Feliz año 2011, Bendiciones.


Manuel José Pérez (1837-1895)
Doctor en Derecho y Ciencias Políticas; tenía dotes especiales de orador; y varias veces se le oyó en la tribuna expresando con elocuencia sus brillantes opiniones. Era colaborador obligado de todos los periódicos de la capital, pues conocidos como eran su genio poético y aptitudes para el periodismo, su colaboración era solicitada por doquier.

Lucas Bárcena (1906-1992)
Colaborador en muchas revistas nacionales y extranjeras. Sus primeros versos aparecieron en el Diario de Panamá en 1922 y se consagra con su libro Prisma en el Concurso Permanente del Libro Americano de la Biblioteca Santiago Álvarez, de Matanzas (Cuba).

Ricardo Fábrega (1905-1973)
Cuando la poesía se convierte en música, entre los poetas panameños, destaca la figura de Ricardo Fábrega.

Félix Ricaurte Castillo (1897)

Poeta Chorrerano, inteligente observador del mundo que lo rodea. La mayoría de sus poemas son el resultado de lo que observa en los campos Chorreranos.

Carmen Tejeira de Vanegas (1898-1999)
Poeta Chiricana que nos ha dejado un jardín repleto de hermosas poesías para niños que sirven de apoyo a la educación tanto en el aula de clases como en nuestros hogares.