Por: Alberto Méndez Pereira
Publicado en la Revista Lotería Nº 289, de abril de 1980
(Algunos apuntes)
La "Comisión del Canal Interoceánico", formada por mandato del Congreso de Estados Unidos, declaró en 1876, al terminar sus estudios de factibilidad, que la conocida como "Ruta de Nicaragua" era la recomendable para la construcción de un canal que uniera el Atlántico con el Pacífico. Abundaba dicha Comisión en "razones" estimadas ventajosas (sic) sobre las cuales sustentaban su recomendación. Ese hecho produjo en Francia gran interés y excitación en determinados grupos. Por ello, sin duda, un mes después de la mencionada Comisión Norteamericana, fue fundada en el seno de la Sociedad Geográfica de París un comité para "estudiar la cuestión".
De esa Sociedad Geográfica surgió la convocatoria, en 1879, de un Congreso Internacional de Ingenieros que se reunió en París, en Mayo de ese año (1879). Ferdinand de Lesseps, circundado de fama por lo del Canal de Suez, fue elegido Presidente de dicho Congreso. Luego, en virtud de sus personales características y de su prestigio como empresario, se convirtió en una especie de centro y motor de aquella trascendental reunión de hombres de ciencia.
El Congreso Internacional de 1879 tenía como fin estudiar, a fondo y en detalles, todo lo concerniente a un canal interoceánico. Asistieron a él ciento treinta y seis (136) delegados que representaban un total de veintidós países, entre otros: Francia, con la mayoría, Estados Unidos, con once, Holanda, Alemania, Noruega, Austria-Hungría, Suecia, España, México, Colombia, Nicaragua. Concurrió por Colombia el Ingeniero Panameño y "avezado explorador", PEDRO J. SOSA. En su gran mayoría los delegados a ese histórico Congreso fueron ingenieros, pero también concurrieron expertos navales, economistas y exploradores. Todos ellos "estuvieron reunidos -ha dicho un historiador- bajo un mismo techo, en la serenidad imparcial de la ciencia".
Al tomar asiento Ferdinand de Lesseps como Presidente en la sesión inaugural, fue delirantemente ovacionado. Seguidamente él, al observar que había en la sala gran número de mujeres, exclamó, en tono galante; "La presencia de señoras en una reunión de científicos es siempre un buen presagio".
Todos los proyectos estudiados en ese Congreso fueron rechazados, con excepción de dos: el relativo a un canal de esclusas por Nicaragua y el concerniente a un canal a nivel por Panamá, los cuales debían ser, muy luego, detenidamente estudiados. En efecto, pesadas y discutidas, en todos sus aspectos, las circunstancias correspondientes a uno y otro proyecto, fue escogido, en medio de gran alborozo -las mujeres agitaban sus pañuelos- el referente al Canal de Panamá. Obtuvo setenta y cuatro (74) votos afirmativos (entre ellos el de Sosa) contra ocho (8), de algunas abstenciones y ausencias (McCullough). Sólo votaron los ingenieros.
Creo oportuno engarzar aquí que el Ingeniero José Nicolás Adolfo Godin de Lepinay, uno de los más ilustres delegados por Francia al varias veces mencionado Congreso, quien había tenido experiencia en tierras tropicales de América, en donde construyó ferrocarriles y quien condenaba el clima malsano de esta región, presentó un proyecto, que fue negado, para la construcción de un canal por Panamá según el sistema de esclusas. Abundó en lujo de explicaciones técnicas sobre su teoría contraria a la del canal a nivel, como lo quería de Lesseps. Lepinay, en su exposición de defensa de su proyecto que, como dije, fue negado, subrayó las ventajas que este ofrecía en cuanto a tiempo y dinero y, al terminar, declaró: "Vuestra obra sería así enormemente aliviada"
Inserto a continuación, por juzgarlo oportuno, traducido al español, el texto, leído por de Lesseps, de la Resolución del Congreso Internacional de Ingenieros de París de 1879, referente al escogimiento de la vía de Panamá para el Canal Interoceánico. Dice así: - "El Congreso cree que la excavación de un canal interoceánico, a nivel, tan deseable a los intereses del Comercio y la navegación, es factible; y que, con el fin de aprovechar las indispensables facilidades de acceso y de operación que un estrecho de esta naturaleza debe ofrecer por encima de todo, este canal ha de extenderse del Golfo de Limón a la Bahía de Panamá".
Al tocar el turno a Lepinay en la votación oral de la anterior Resolución -dimos ya las cifras del resultado- el citado ingeniero manifestó:-. "Aunque incapaz para hacer triunfar mi plan, no lo abandonaré y para que no pesen sobre mi conciencia innecesarias muertes y gastos inútiles, yo digo: no", Sus palabras -anota un comentarista- "fueron recibidas con rechiflas", El proyecto del ingeniero Lepinay sobre el Canal de Panamá, fue 27 años después, adoptado por el Congreso de Estados Unidos para que el gobierno de ese país terminara la obra comenzada por los franceses.
Al aceptar de Lesseps encargarse de la dirección de la empresa que debía iniciar la construcción del Canal de Panamá, aun contra el consejo de sus íntimos amigos, hizo la siguiente declaración: - "Hace dos semanas, no tenía idea de colocarme a la cabeza de una nueva empresa. Mis amigos más queridos han tratado de disuadirme diciéndome que, después de lo de Suez, yo debía descansar. iBien! Habiendo un general ganado una primera victoria y queriendo ganar una segunda, ¿rehusaría intentarlo?".
Pero era evidente el entusiasmo y la fe de Ferdinand de Lesseps en la nueva obra que iba a emprender, de tal suerte, que subestimó los peligros que suponía el enfrentamiento a una tierra bravía, rocosa, asaz malsana (una de las principales causas del fracaso de la Compañía) y de salvaje y espesa vegetación. Confiaba en su espíritu de emprendedor tenaz e indoblegable ante los obstáculos. Por eso, apoyado en sus fuerzas espirituales, no titubeó, optimista, en declarar: - "Sostengo que Panamá (el Canal) es más fácil de construir y más fácil de mantener que el Canal de Suez".