miércoles, 9 de enero de 2013

Al Glorioso Estudiante Panameño

La alegoría en homenaje al estudiante panameño y a los mártires de Mayo del 58 es una acuarela de Luis F. Ríos T. militante de la Generación del 58. La normal Juan Demóstenes Arosemena, el Nido de Águilas y la Casa de Méndez Pereira simbolizan la unidad y mística de las luchas de la Generación del 58.




El Movimiento Estudiantil Panameño tiene muchos héroes y mártires como Sebastián  Tapia en la lucha contra el Convenio Filos-Hines de 1947; José Manuel Araúz, Rolando Jiménez y Miguel Batista durante los Sucesos de Mayo del 58; Eduardo Santos Blanco en el levantamiento de Cerro Tute; Ascanio Arosemena, Estanislao Orobio y Víctor Manuel Iglesias en enero del 64 y los grandes dirigentes como Floyd Brittom, Polidoro Pinzón, Narciso Cubas asesinados por defender sus ideales. Ellos nunca serán olvidados pues viven en la determinación de nuestro pueblo por la justicia social, la democratización política y la integración de nuestra jurisdicción en todo el territorio nacional.

Fuente: Ríos Torres, Ricardo Arturo. Memoria de mis memorias. Edición especial del Círculo de Lectura Guillermo Andreve con motivo de la celebración del cincuentenario de La Operación Soberanía de 2 de mayo de 1958 y de los trágicos sucesos del 19 al 22 de mayo de 1958. Panamá, 2008.


martes, 8 de enero de 2013

El Desenterrador, Por Ricardo Arturo Ríos Torres


    La historia se hace personaje literario cuando ese acontecer trasciende su localidad y se universaliza.

    Ramón Fonseca Mora, enfrenta con osadía quijotesca, tanto los trágicos sucesos del 9 de enero de 1964 como la violencia institucional promovida por la dictadura militar de Torrijos, Paredes y Noriega. Asimismo, abre las puertas del Infierno al abordar la alucinante y morbosa experiencia de una secta de asesinos en la búsqueda afanosa de la energía vital del alma.

Creación literaria barroca o posmodernista.

    Si la temática de El Desenterrador es explosiva, controversial, polémica y sin concesiones conceptuales, también lo es la propuesta literaria de una novela que rompe paradigmas.

    Con estilo singular, Ramón Fonseca Mora,  inicia sutilmente el electrizante texto, al ofrecernos desde el principio las claves de la trama central de una composición literaria excepcional. Son las pistas de un entramado excitante y novedoso.

    La estructura multitemática con puntuales conjuntos narrativos, atrapa al lector y lo agobia con una carga emocional que lo hace sufrir, llorar, reír, rechazar, identificarse, amar y odiar todo lo que ocurre. Fonseca Mora  es hábil al entrecruzar, con creciente suspenso y con el uso de los tiempos simultáneos todas las pasiones humanas. Siempre hay un contrapunto, matices de un modo de ser pleno de ambigüedades como de metas definidas. Eso hace de El Desenterrador una novela diferente e interesante. El Desenterrador es un coro polifónico con  múltiples voces narrativas, Bill, Soledad, Jorge, Anabella, Miguel y sobre todo Urbano,  expresan sus ambivalencias, temores y sentimientos. Ellos rompen la típica monotonía y secuencia lineal de otras narraciones que nos abruman con su inmovilismo literario.

    El Desenterrador  es otra cosa, aquí todo es un enigmático rompecabezas de sorpresas,  el lector  como protagonista coloca, desde su perspectiva, las piezas esenciales hasta encontrar el eje subyacente de una extraordinario drama existencial. Otro detalle de relieve, en el diseño literario, es el estilo dialogado que le da  a la lectura una dinámica original, sustentada por descripciones puntuales de ambientes y protagonistas, que permiten al lector participar en la trama, al asumir un rol principal. Otro valor sustancial es que la narración tiene detalles poéticos con metáforas significativas, eso le da musicalidad a la prosa.

    El Desenterrador exige una lectura con horizontes abiertos, una actitud libre de prejuicios, es una obra para lectores con imaginación.

Temática como un tsunami.

       Nos atrevimos a atravesar la frontera prohibida y desafiar
      a todos los que consideraban un gigante imposible de vencer.

    Ramón Fonseca Mora, como ola huracanada, remueve el subsuelo del alma humana, nada es igual después de la lectura del Desenterrador.

    Narra los trágicos acontecimientos del 9 de enero de 1964 desde ópticas distintas. La marcha de los estudiantes del “Nido de Águilas” hasta los incidentes con los “zonians” en la Escuela de Balboa es emocionante, nos hace sentir la serenidad, valentía y determinación de una juventud heroica. También nos mete en la piel de esa población colonialista que siente como suyo ese territorio canalero, son dos fuerzas antagónicas que chocan con vehemencia. Bill es la voz de la arrogancia imperial. Vivimos esos momentos de caos, destrucción y muerte, de angustia e impotencia ante la agresión del Coloso del Norte, nos duele el constante “plin, plin” de las balas asesinas.

                            *************

       El diablo  visitó a Panamá hace treinta años, en una
      tempestad de dolor y muerte que arrebató a muchos
     su niñez, su juventud.

    Otra de las historias paralelas, es  “la desaparición” de las víctimas de la dictadura militar que ensombreció este país por más de veinte años. Esos crímenes todavía están silenciados por un muro de tinieblas y perversidad de un ente judicial corrupto.

    Ramón Fonseca Mora confronta con  valor el caso particular de “Menéndez” (Heliodoro Portugal), en esa muerte hubo violencia, tortura, sadismo y maldad… es la constante búsqueda de muchos otros como Floyd Britton, Héctor Gallegos y  Rita Ward. Los dolores del pasado son todavía profundos…

¿Quiénes están furiosos con El Desenterrador?

    Los que desean silenciar la gesta heroica de la juventud panameña en la recuperación de nuestra plena jurisdicción en el área canalera, los que hacen los grandes negocios con las tierras revertidas, los que se opusieron a esa lucha generacional iniciada desde el mismo día en que se firmó el Tratado Hay-Bunau Varilla, el 18 de noviembre de 1903.

    Los panameños con sangre, dolor y lágrimas le pusimos término a la “perpetuidad canalera”.

    Están furiosos los que manejan a su antojo los millones de la ruta canalera.

    Están furiosos con el desentierro de los esqueletos de los asesinados por el régimen militar, los que hacen todo lo posible para cubrir con sus montañas de mentiras, traición y dolor esos hechos abominables. Los que quieren que seamos un país de castrados, aún el peso de la dictadura se siente por doquier.

    Ramón Fonseca Mora también está furioso pues aún no puede encontrar los restos de su amigo el sacerdote Héctor Gallegos, viven con furia las madres, esposas, hijos y amigos de los desaparecidos por ese corrupto régimen militar y civil que ensombreció la dignidad nacional.

    Con El Desenterrador, Ramón Fonseca Mora desentierra sus obsesiones, es un grito para que la tierra y el mar saquen a la luz los cuerpos ocultos de panameños decentes que lucharon por una sociedad más justa.

Perfil del autor.
    Ramón Fonseca Mora es un escritor que se renueva con cada nueva obra, es multitemático, siempre se supera en cada uno de sus diseños narrativos, es un innovador de estilos, nos prueba que la literatura no se improvisa, que requiere de muchas lecturas y de estudios permanentes.

    El Desenterrador pone al Panamá Literario en el ámbito mundial, Ramón Fonseca Mora es sin duda uno de los mejores narradores panameños de todos los tiempos.

    El Desenterrador es la expresión genuina del Panamá profundo que conceptualizaron Ángel Rubio y Carlos Manuel Gasteazoro desde la perspectiva del conocimiento real de nuestra geografía e historia y que Rodrigo Miró sintetiza en su Teoría de la Patria.

    Como oriundo de Taboga, me sentí halagado pues Ramón Fonseca hace de la “isla mágica” de Sinán y de Richard Brooks, el centro geográfico de su espectacular trama.

Referencia Bibliográfica.
Fonseca Mora, El Desenterrador/ Costa Rica: Alfaguara, 2007. 430p.

 Nota.  En mi libro Memoria de mis memorias incluyo el ensayo “Aproximación al Panamá literario” con comentarios del haber bibliográfico de Ramón Fonseca Mora, así como un anexo con distintos modelos de cómo se hace crítica literaria.

Memoria de mis memorias es una antología de cuatros ensayos:

“Don Amor y la Celestina”, análisis de dos clásicos de la literatura medieval  El libro del buen amor de Juan Ruiz y la Celestina de Fernando de Rojas.

 “Aproximación al Panamá literario contemporáneo”

 “La patria estudiantil panameña”, análisis histórico de las luchas de la juventud panameña y sobre todo un Homenaje a la Generación del 58 con sus hechos relevantes como la Operación Soberanía (2 de mayo 1958), los trágicos sucesos de Mayo con más de 30 muertos, la Marcha patriótica del 3 de noviembre a la Zona canalera de 1959, los sucesos de enero de 1964 y el levantamiento de Cerro Tute.

 En el último ensayo “SOY el Chagres. Matriz del devenir histórico de la nación panameña”, el río cuenta su historia, es el devenir de la nación panameña.

También recomiendo Los rostros del tiempo en su 3ª.ed. corregida y aumentada. Son ensayos históricos, filosóficos y sociales.

Hoy cuando el MEDUCA atenta contra el Panamá literario, histórico y cultural invito a cerrar filas con el Movimiento por el Rescate de la Identidad y Memoria Histórica.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Un día como hoy 19 de septiembre


De 1856:

Se produce la primera intervención militar norteamericana en Panamá. Como consecuencia del Incidente de la Tajada de Sandia.

De 1867:

Mateo Iturralde publica un extenso ensayo de protesta por el manejo de las anualidades del ferrocarril transístmico que solo benefician al gobierno de Bogotá.

De 1935:

El Profesor Alberto Galimany recibe un premio en la ciudad de Barcelona  por su composición musical para banda y orquesta, titulada Capricho Panameño, la cual recoge una serie de piezas típicas panameñas.

sábado, 19 de mayo de 2012

Un día como hoy 19 de mayo


de 1913:

El Presidente Belisario Porras promulga el Decreto Nº 66 de mayo de 1913 por medio del cual se diseña la organización de la Policía Nacional, fijándole un sueldo de noventa Balboas. Esta medida da motivo para una tonada típica que se hace muy popular en la fecha:

“Muchacha no seas zoqueta,
cásate con policía,
que gana noventa pesos,
trabajando noche y día.”

domingo, 4 de marzo de 2012

Darío Herrera y Federico Escobar, dos ilustres panameños

Nos complace anunciar que hemos ampliado la información biográfica de Darío Herrera e incluido nuevas poesías, así como un hermoso cuento titulado “Doliente”. También presentamos la versión inicial correspondiente a Federico Escobar, con una amplia biografía y 12 de sus mejores poemas.

Podemos destacar que ambos poetas dejaron gran parte de su obra, dispersa en periódicos y revistas de su época. Pero gracias a los esfuerzos de sus familiares, se ha logrado compilar un gran número de poesías, cuentos, ensayos, discursos y críticas literarias; para el beneficio de las futuras generaciones y el cabal conocimiento de estos dos ilustres panameños.

En el caso de Darío Herrera esta compilación la realiza su hijo Darío Herrera Paulsen; y el nieto de Federico Escobar, Antonio Alcides Jiménez Escobar, en el 2004, presento su “Recopilación de algunos trabajos de Federico Escobar para referencia personal”. Insto a los familiares de nuestros poetas, seguir este ejemplo, por que una persona solo muere si se le olvida; como nos dice Federico Escobar en una de sus poesías:

Cuando expire, mis cantares

nunca dejes de cantar:

mientras mis cantares cantes

siempre vivo me tendrás.”


Darío Herrera:

Darío del Carmen Herrera, nació en la ciudad de Panamá, el 18 de julio de 1870. Hijo de don Lino Clemente Herrera, natural de Vélez, Colombia y doña Juana de la Rosa, natural de Penonomé, Panamá. Se educo con gran esfuerzo siendo autodidacta.

Más información en: http://www.panamapoesia.com/pt64.php

Federico Escobar:

Su verdadero nombre es José del Carmen de los Dolores Escobar. Nació en la ciudad de Panamá, el 16 de Julio de 1861, en un hogar humilde, pero lleno de virtudes. Su madre, Manuela Escobar, muere cuando Federico frisaba los nueve años de edad. Huérfano de padres, pasó a la tutela de su tío José Manuel Escobar quien trató por todos los medios de proporcionarle los conocimientos necesarios para que pudiera defenderse en la vida. Debido a su condición humilde, no pudo asistir a los colegios privados que existían en su época, pero logró hacerse un nombre por su propio esfuerzo. Se dice, que los papeles que con mayor interés y aplicación leía, eran aquellos que tuviesen versos; pues, desde niño se inclinó a la exploración del campo florido de las musas.

Más información en: http://www.panamapoesia.com/pt65.php

Como muestra de las poesías que encontraran en www.panamapoesia.com tengo el agrado de ofrecerles dos hermosas poesías: la primera titulada, La criolla panameña de Federico Escobar, y la segunda titulada Marina de Darío Herrera.



La criolla panameña,

por Federico Escobar

Lleva el pelo formado en dos nudos

sujetados con lindas peinetas,

y a la vez con enormes tembleques

do relucen blanquísimas perlas.


Coronada de muchos jazmines

el ambiente perfuma doquiera;

y un sombrero muy guapo de paja

se coloca sobre la cabeza.


Vedla: al hombro se cruza buen paño;

es limeño, con flecos de seda;

y una gruesa cadena de oro

con grandes escudos, al cuello le cuelga.


La camisa es de género fino

y formada con dos arandelas

(la camisa no cubre los brazos

ni los hombros de la panameña).


A su talle se ajusta las faldas

de clarín que se llaman pollera,

sujetadas con cuatro botones

que quizá muchos duros le cuesta.


Sus zapatos son finos, por cierto

son babuchas de pana o de seda...

Pero, aparte: no gasta en las ligas

porque el traje no exige las medias.


He aquí, pues, mis queridos lectores

el retrato de la panameña,

que en los días de alegres jolgorios

el Punto, aire alegre, muy bien zapatea.







Marina,

por Darío Herrera




Tarde. En la arena con sordos rumores

tienden las olas sus crenchas de espuma;

húmeda brisa el ambiente perfuma

con salitrosos, sutiles olores.


Lento el ocaso sus ígneos colores

en una diáfana sombra defuma,

y sobre el agua, entre velos de bruma,

Héspero vierte sus blancos fulgores.


Crece la sombra. Su toque sonoro

dan las campanas al aire durmiente

brotan los astros cual lises de oro;


Y al extinguirse la luz vespertina,

entre las rojas pinturas de Oriente

muestra la luna su faz opalina.


Espero este esfuerzo sea del agrado de nuestros lectores, permita exaltar lo panameño y ayude ampliar el conocimiento de nuestra literatura, que es tan rica en todos sus géneros.

Francisco Palacios Coronel

www.panamapoesia.com

sábado, 28 de enero de 2012

Dos poetas panameños nacidos en enero.

Ricardo Fábrega
(1905-1973)

Nació en Santiago de Veraguas, el 28 de Enero de 1905. Fue el antepenúltimo de los 13 hijos que tuvo el hogar formado por don Ricardo j. Fábrega y doña Hortensia Fábrega. Sus padres pertenecían a familias antiguas de la región, en donde habían vivido por generaciones.

Su esposa señalaba que su canción “Taboga” fue una improvisación que compuso en la misma isla de Taboga y que se la dedicó a ella. Él mismo afirmaba que de todas sus canciones era la obra que más le agradaba, al punto de que muchas veces al terminar de tocarla tenía los ojos llenos de lágrimas. El Distrito de Taboga distinguió a Ricardo Fábrega como "hijo predilecto" debido a esa composición musical.

Una de sus conocidas producciones es:

Taboga

En esta noche callada,
que mi tormento ahoga,
quiero cantarte Taboga,
viendo tu luna plateada.

Taboga, tierra de las flores,
tú eres mi inspiración.
Por ti sentí una pasión
que me llenó de amores.

Taboga, eres tú tan bella
que no te puedo olvidar
bajo tu manto de estrellas
quiero vivir y soñar.


Más información en: http://www.panamapoesia.com/pt55.htm

EDUARDO MADURO
(1901-1966)

Nació el 26 de enero de 1901. Fueron sus padres don Salomón L. Maduro y doña Esther Lindo de Maduro, correspondiéndole a Eduardo ser el tercero de siete hijos.

El dos de junio de 1959 Maduro fue condecorado por S.E. el Licenciado Miguel de J. Moreno Jr., Ministro de Relaciones Exteriores, con la Orden de Vasco Núñez de Balboa en el grado de Comendador, por su obra literaria y principalmente por la letra de la "Marcha Panamá", que tuvo y aún tiene gran difusión dentro y fuera del país.

Eduardo Maduro entregó su alma al Creador el ocho de julio de 1966 y en su tumba, como un sincero y perenne homenaje a su amor patrio, están grabadas en mármol estas palabras sublimes ya ligadas al corazón de todos los panameños: “Panamá, la patria mía”.

Y esta es la letra de la marcha que todos los panameños llevamos en el corazón:

Marcha Panamá

Panamá, la patria mía,
suelo grato, encantador!
Hoy te canto, Panamá, con alegría;
al mirarte así grandiosa,
cuando veo tu bandera
de precioso tricolor,
abrazarte con gran júbilo quisiera
expresándote mi amor.

Panamá del alma
de tus selvas he escuchado los rumores;
siempre gocé tu calma
y en tu cielo ví magníficos colores.

Panamá querida,
¡Oh permite que yo muera en tu regazo;
tuya será mi vida.
Sigue siendo libre, bella Panamá!


Más información en: http://www.panamapoesia.com/pt31.htm




viernes, 27 de enero de 2012

Un día como hoy, 27 de enero:

De 1949: En un acto sin precedentes, el ex presidente Enrique A. Jiménez acude a la Asamblea Nacional para rendir informe sobre su obra de gobierno y dar respuesta al cuestionamiento del Diputado Jorge Illueca.

De 1993: Victoria Figge, Presidenta de APEDE, señala que todas las cifras sobre el crecimiento económico en Panamá se estrellan frente al cuadro dramático que muestran “Las Villas de Miseria” en nuestro país.